Mucho ha cambiado en el sector de los pagos en los últimos años.
Movidos por las regulaciones y las restricciones impuestas por el Covid-19, muchos comercios tradicionales se han visto obligados a implementar métodos de pago más modernos, en su mayoría sin contacto.
Dos de estas innovaciones fueron la posibilidad de ordenar y pagar a través de códigos QR y, prácticamente en simultáneo, aunque un poco más lento, el desarrollo del método Tap to Pay (tocar para pagar) o Tap to Phone.
Estas nuevas tecnologías muestran tal potencial, que nos ha llevado a preguntarnos si los datáfonos serán siquiera necesarios en el futuro cercano. Como veremos a continuación, no se trata de una cuestión tan simple.
Los teléfonos móviles y los códigos QR
Aunque existen diferentes maneras de pagar con códigos QR, el pagador siempre necesita contar con un teléfono móvil para completar la transacción.
En la mayoría de los casos, el cliente escanea el código QR del comerciante (en un cartel, una pegatina o una pantalla) con la cámara de su móvil y luego ingresa los datos de su tarjeta o selecciona su cartera electrónica para concretar el pago.
Este es un método conveniente, sobre todo, para los restaurantes y los bares que aprovechan esta tecnología para disponer de menús con códigos QR, ahorrando tiempo de interacción al comercio, a la vez que se le permite al cliente puede ordenar desde su propia mesa.
Los pagos por código QR son una opción de autoservicio que permite a los clientes pagar cuando prefieran, desde cualquier lugar, dentro o fuera del comercio, en lugar de tener que acercarse a un punto de venta en el que dispongan de un datáfono y un cajero.
Incluso se ha dado el caso de algunos comerciantes pequeños que han llegado a depender de los códigos QR como su única forma de aceptar pagos.
Ya en un estudio global llevado a cabo por MobileIron en el año 2020 se encontró que el 73% de los españoles pretendían pagar con códigos QR en el futuro; intención que se tornó realidad rápidamente, a medida que más y más comercios fueron adoptando esta solución.
Para que prospere, en todo caso, es necesario que los clientes cuenten con un teléfono móvil inteligente, así como con el suficiente conocimiento tecnológico como para realizar pagos electrónicos con el móvil.
Mientras que los comercios con clientelas mayoritariamente jóvenes, que apuntan a estratos de la sociedad altamente familiarizados con la tecnología, no tendrían problemas en este sentido, otros sectores podrían llegar a afrontar complicaciones si únicamente disponen de los códigos QR como solución de pago alternativa al efectivo.
En todo caso, difícilmente sea un problema en España. A modo ilustrativo, en 2021 un 99,5% de los hogares españoles contaban con al menos un smartphone, y en 2022 se registró un promedio de 120 líneas de telefonía móvil por cada 100 habitantes en España.
En cuanto a los pagos móviles, es decir, los métodos de pago que se procesan a través del móvil, ya en 2020 una encuesta de Funcas determinó que el 63,22% de los españoles habían realizado al menos un pago con su teléfono móvil.
En la actualidad, España se ubica entre los países europeos en los que más ha prosperado la utilización de los pagos móviles. En concreto, alrededor del 22% de los pagos en España se hacen ya a través de teléfonos móviles.
De esta manera, queda clara la tendencia: en España cada vez es más común pagar con el móvil en todo tipo de comercios. Si bien no es aconsejable que esta solución de pago sea la única disponible en una tienda o un negocio, sí podemos afirmar lo indiscutible de su importancia como alternativa para los consumidores.
¿Es conveniente utilizar un móvil como datáfono?
Mientras que la gente necesita contar con un teléfono móvil para pagar con código QR, una tarjeta de crédito o débito es suficiente para realizar pagos sin contacto con tecnología NFC (Near-field Communication).
La Comunicación de Campo Cercano (NFC) es la tecnología detrás de los pagos contactless en los datáfonos, pero ahora los comerciantes pueden procesar transacciones con tarjetas y monederos electrónicos, como Apple Pay o Google Pay, directamente en sus teléfonos móviles con tecnología NFC.
Esta solución, conocida como Tap to Pay (tocar para pagar), softPOS o Tap to Phone, elimina el requisito de contar con un terminal dedicado, es decir, un datáfono o un lector de tarjetas.
Mientras que los clientes pueden utilizar este método de pago para pagar con sus tarjetas sin contacto y con sus teléfonos inteligentes con tecnología NFC, los comerciantes están algo más limitados en cuanto a qué teléfonos pueden «convertirse en datáfonos», al menos por el momento.
Esto sucede porque la mayoría de las soluciones Tap to Pay, en la actualidad, solo funcionan en dispositivos Android, y no en iPhone. Esto incluye a aplicaciones como myPOS Glass y Viva Wallet.
En todo caso, en 2021 el 84,1% de los españoles utilizaban teléfonos móviles con sistema operativo Android, frente al 71,1% de su cuota de mercado global. En otras palabras, alrededor de 8 de cada 10 smartphones en España utiliza el sistema operativo Android.
Dicho esto, cada vez serán más las aplicaciones de punto de venta compatibles con dispositivos con sistema operativo iOS.
En España, tanto Square como Stripe ofrecen soluciones compatibles con el nuevo sistema de Tap to Pay on iPhone, de modo que puedes utilizar tu móvil iPhone como un datáfono simplemente instalando sus aplicaciones de punto de venta.
Mientras más soluciones de procesamiento de pago produzcan aplicaciones compatibles con los teléfonos iOS, más amplia (y rápida) será la popularización de esta modalidad. Sin embargo, muchos comerciantes mantienen su escepticismo respecto a sus beneficios.
El beneficio obvio del Tap to Pay es el hecho de no precisar de un dispositivo adicional para aceptar pagos sin contacto, más allá del smartphone.
Esto puede ahorrar al comerciante bastante dinero, a la vez que simplificar la posibilidad de aceptar pagos contactless; sin embargo, también puede acarrear algunos inconvenientes:
- Riesgo de robo o perdida, siendo que el móvil se lleva prácticamente a todas partes.
- Los comerciantes pueden negarse a querer mostrar su móvil personal a los clientes para cobrarles.
- La introducción del número de PIN puede no ser ideal para algunos clientes, además de poco higiénica.
- Las aplicaciones de Tap to Pay pueden carecer de algunas funciones importantes típicas de los datáfonos y los lectores de tarjetas.
- Algunos clientes pueden desconfiar de pagar directamente en un teléfono móvil ajeno.
El proceso de transacción también requiere que el comerciante ingrese un monto o un artículo en su móvil, y que luego le pase el mismo móvil al cliente. Esto no suele ser un problema cuando el cliente y el comerciante se encuentran cerca, pero normalmente es más cómodo utilizar un datáfono separado y al alcance del cliente.
Como podemos ver, utilizar un smartphone como datáfono no es exactamente una solución universal, ideal para todo el mundo.
Mientras que los comercios unipersonales y los autónomos tienen más probabilidades de beneficiarse de esta tecnología, las tiendas físicas y los comercios con personal de caja se beneficiarían más con datáfonos dedicados, diseñados para ofrecer una mejor experiencia de uso a los clientes.
Combinación ideal de métodos de pago
Sabemos que los pagos con código QR pisan fuerte en el sector de la hospitalidad y la restauración, y que la tecnología de Tap to Pay puede ampliar en gran medida la aceptación de métodos de pago electrónicos entre los comercios que tradicionalmente se han manejado siempre con dinero en efectivo.
Para los pequeños comerciantes, la posibilidad de aceptar pagos con tarjeta de forma cómoda y económica los puede llevar a pasar por alto la adquisición de una solución con datáfono.
Dicho esto, los clientes seguirán teniendo diferentes necesidades y preferencias, así como requisitos de accesibilidad. Mientras menos variables y versátiles sean tus métodos de cobro, mayores serán las posibilidades de que te topes con conflictos a la hora de cobrar a tus clientes.
Por lo tanto, no es arriesgado decir que el datáfono está a salvo, y que los métodos de pago móviles serán, en el corto y mediano plazo, un complemento de los dispositivos dedicados, diseñados específicamente para el procesamiento de transacciones electrónicas.